Gendarmería del Centro de Cumplimiento Penitenciario de Los Andes confirmó la detención de una mujer de 51 años que fue sorprendida por el personal en la revisión en la hora de visitas intentando en un tubo de pasta dental ingresar marihuana a su hijo que cumple condena en el recinto. (Foto: Droga incautada en tubo de pasta dental)
Mensualmente son más de 400 las personas que ingresan al Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de Los Andes para estar junto a sus seres queridos privados de libertad. Cada una de ellas y sus encomiendas son revisadas por el personal de Gendarmería encargado del registro y control de visita.
El gendarme Javier Rodríguez estaba en esta labor cuando, cerca de las 14:40 horas del pasado jueves, comenzó a analizar los productos que traía la mujer de 51 años y de iniciales A.A.C. La fémina llegó hasta el establecimiento penitenciario para ver a su hijo de 20 años, J.B.A., quien se encuentra imputado por el delito de tráfico de drogas.
Al momento de palpar un tubo dentífrico el funcionario de Gendarmería se percató que la parte inferior del producto había sido manipulada, por lo que de inmediato procedió a abrirla, encontrando en su interior cuatro envoltorios transparentes con una que finalmente terminó siendo cannabis sativa.
El jefe del CCP andino, teniente coronel Cristian Farías, destacó el actuar del gendarme.
“Quiero destacar el profesionalismo y acuciosidad del gendarme, el cual, gracias a su profesionalismo, pudo incautar esta sustancia ilícita. El funcionario pudo detectar que había algo escondido en este tubo y al abrirlo se dio cuenta que había droga al interior”.
“Se le informó al ministerio público de Los Andes, quien determinó que la brigada antinarcóticos de la policía de investigaciones efectuase el peritaje, el cual arrojó como resultado marihuana prensada”.
Cabe destacar que mensualmente son más de 400 las vistas que ingresar a la unidad del Aconcagua los días martes, miércoles, sábado y domingo.
Por su parte el director regional de Gendarmería, coronel Tito Barriga afirmó que: “A nivel de la región de Valparaíso las instrucciones son claras y precisas en lo que dice relación con la exhaustividad de todo el personal que labora en estos procedimientos con la finalidad de encontrar elementos prohibidos que puedan ser utilizados por la población penal y que van en contrario del régimen interno”.
“Dentro de la región de Valparaíso alrededor de 25.000 personas ingresan a los establecimientos carcelarios en un mes calendario. Las visitas generalmente estás recurriendo a nuevas formas para tratar de ingresar elementos prohibidos por lo tanto el personal que está de servicio siempre debe estar atento y vigilante y adelantándose a lo que pueda suceder para evitar este tipo de situación“, expresó el coronel Barriga.
PELOTAZOS
Otra forma de hacer llegar droga u otros elementos es través de los llamados “pelotazos”, que no es otra cosa que el lanzamiento de pelotas de tenis o similares que se rellenan con estupefacientes. Dichos objetos son lanzados desde el exterior de la unidad hacia los patios de la población penal, por lo que el gendarme debe estar atento para evitar que algún recluso pueda atraparlos y así quedarse con el “pelotazo”.
El director regional detalló que una de las unidades penitenciarias donde se hacía más recurrente esta forma de envíos era el Centro de Detención Preventiva de Quillota, por lo que Gendarmería determinó techar los patios y así terminar con esta práctica.
“Quillota era una de las unidades penales donde más sucedía estos tipo de hechos por lo tanto el alto mando institucional, a través de la dirección regional, dispuso de recursos extras con la finalidad de poder colocar mallas a todos los patios de la población penal de Quillota. Por lo tanto, esta situación estaría solucionada”.
En el caso específico del CCP andino existen solo dos patios: uno para la población imputada y otro para la condenada. Esta situación facilita la labor del gendarme apostado en el lugar, por lo que la cantidad de pelotazos es mucho menor.
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