El Padre Félix Arévalo había cumplido 70 años de ministerio sacerdotal en septiembre de este año. Fue ordenado sacerdote el 24 de septiembre de 1955, en la Catedral de la Diócesis de San Felipe, desarrollando su ministerio pastoral en las diócesis de San Felipe, Valparaíso y Rancagua, dejando una profunda huella espiritual y humana en cada comunidad donde sirvió.
Sus restos están siendo velados en la Parroquia San Felipe Neri, en Villa Alemana.
La Misa por su eterno descanso se celebrará este jueves 04 de diciembre, a las 19:30 horas, en el mismo templo.
Sus funerales se realizarán el viernes 05 de diciembre, en horario que será confirmado oportunamente, y su sepultura será en el Cementerio San Carlos Borromeo de El Belloto.
Breve reseña histórica — Presbítero Félix Arévalo Vargas
El P. Félix Arévalo Vargas nació el 25 de noviembre de 1929 en Hijuelas, sexto hijo de una familia de diez hermanos, formada por don Robustiano Arévalo y doña María Vargas. Su hogar fue especialmente bendecido por las vocaciones, ya que su hermana Carmen abrazó la vida religiosa en la Congregación de las Hermanas de la Merced, celebrando sus Bodas de Oro recientemente.
La familia se trasladó a Llay Llay cuando Félix tenía cinco años. Realizó sus estudios en el Instituto Abdón Cifuentes y en el Liceo de Hombres de San Felipe. En 1947, a los 18 años, ingresó al Seminario, formándose en el Seminario Pontificio de Santiago y realizando sus estudios de Teología en la Universidad Católica. Tras ocho años de formación, fue ordenado sacerdote el 24 de septiembre de 1955, por monseñor Bernardino Berríos Gainza, OFM.
Su ministerio pastoral comenzó en la Parroquia Nuestra Señora de las Mercedes de Papudo, continuando luego en la Parroquia San Antonio de Padua de Putaendo y posteriormente en San Felipe. Entre 1958 y 1962 ejerció como Inspector General del Instituto Abdón Cifuentes y en 1957 fue nombrado Secretario del Obispo diocesano, monseñor Ramón Munita Eyzaguirre.
El 11 de octubre de 1972 fue designado Párroco de la Catedral de San Felipe, servicio que desempeñó durante 20 años. Paralelamente, destacó por su profundo amor al estudio y la formación pastoral, realizando especializaciones en teología pastoral, catequesis y actualización teológica en Chile, Ecuador, Colombia y España.
Con especial preocupación por la formación de agentes pastorales, fundó el Instituto de Formación Cristiana (IFCA) en la Diócesis de San Felipe, llevando cursos básicos y superiores a numerosas parroquias. Asimismo, ejerció diversos servicios diocesanos: Vicario Cooperador, Vicario Episcopal, Vicario General (1983–1992), asesor y miembro de múltiples consejos diocesanos, y Director del Boletín Diocesano Comunión.
Por motivos de salud, en 1992 se trasladó a la Diócesis de Valparaíso, sirviendo como Administrador Parroquial de Los Doce Apóstoles. Más tarde, en 1996 continuó su misión en la Región de O’Higgins, en la Parroquia Santa Cruz, hasta acogerse a jubilación, ejerciendo posteriormente su ministerio de manera libre en la ciudad de Quilpué.
En cada comunidad donde sirvió, el P. Félix dejó no solo un legado espiritual profundo, sino también una constante preocupación por el cuidado, mantención y mejora de templos y casas parroquiales. Su vida sacerdotal permanece como testimonio de entrega fiel, amor por la Iglesia y servicio generoso al pueblo de Dios.


