Preparando lo que sería la fusión de ambas casas de estudios para la Admisión 2022, el pasado 31 de marzo la Universidad Bolivariana tomó control de la Universidad de Aconcagua, debido a la difícil situación económica que desde hace unos años viene enfrentado esta última entidad de educación superior privada que nació en el valle.
Esta etapa en la que ingreso la Universidad de Aconcagua, que para este tiene 5 mil estudiantes matriculados, tiene como primeras consecuencias el despido de 12 funcionarios en la sede de San Felipe y 9 en la sede de Los Andes.
El superintendente de Educación Superior, Jorge Avilés, confirmó que la Universidad Bolivariana tomó el control de la UAC, iniciándose un proceso gradual de integración que involucra alrededor de 8.500 estudiantes y que se velará porque se desarrolle según los parámetros establecidos por la ley, precisando que a finales del 2019 se había iniciado una investigación en contra de la Universidad de Aconcagua, debido a la precaria condición financiera que enfrentaba.
Fue en ese panorama que el dueño de la Universidad Bolivariana, Munir Hazbún Rezuc, toma control de la institución cuyo propietario era el empresario, Gonzalo Vial Concha, por medio del Grupo Graneles. Precisándose que esta es una alianza estratégica que tiene como objetivo la fusión de ambas casas de estudios para enfrentar el proceso de Acreditación el 2022. En el intertanto, las universidades seguirán funcionando de manera paralela, pero con Munir Hazbun, como único controlador.
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